Desde su mirada como líder Technology & Transformation (T&T), estima que la industria minera requiere incorporar un cambio de mentalidad en la gestión operacional, “donde la tecnología no solo sea vista como proveedora de infraestructura, redes y datos, sino como un elemento estratégico, de gestión y operación de los negocios”.
(23 de septiembre de 2024) Con 25 años de experiencia en transformación e innovación digital de la operación y negocios en la industria minera, salud y servicios, Eduardo Rojas Pavez -líder Technology & Transformation (T&T)- es parte de la sexta promoción de la nueva camada de socios en Deloitte, asumiendo recientemente esta posición en la firma.
Respecto del escenario que aprecia en esta ámbito para la industria minera, plantea que el desafío principal “radica en la convergencia de la tecnología y la operación, para abordar los paradigmas operacionales de un mundo físico y digitalmente conectado”.
Eduardo es Ingeniero Electrónico de la Universidad de Concepción y cuenta con un MBA en el ESE Business School de la Universidad de los Andes. Se integró a Deloitte en 2022, y desde esa fecha ha estado enfocándose y aplicando sus conocimientos en todo lo que respecta a Transformación Digital IT y OT de los negocios.
- ¿Cuáles dirías que son hoy los principales retos y oportunidades que plantea el avance de la digitalización para la industria minera?
La digitalización es un pilar clave para avanzar hacia la automatización y remotización de las operaciones con una mirada integrada de la cadena de valor. En esa línea, existen cuatro pilares clave para avanzar en la digitalización de esta industria:
Información de calidad e integrada del proceso: Uno de los desafíos relevantes es poder integrar la información de toda la cadena de valor a nivel operacional y sistematizar el conocimiento experto. Esto permitiría aplicar capacidades de inteligencia artificial (IA) que apoyen la toma de decisiones y la automatización. Por ejemplo, mediante la integración de datos de distintas fuentes, como sensores en maquinaria, datos geológicos y de producción, se puede obtener una visión más completa y precisa de las operaciones mineras. Esto facilita la identificación de oportunidades de mejora y la optimización de los procesos.
Conectividad de todos los elementos a lo largo de la cadena de valor: Es fundamental contar con una conectividad sólida en todo el proceso, desde la sensorización hasta la transmisión de datos. Con el aumento de las fuentes de información en tiempo real, como texto, video y datos, la conectividad debe ser capaz de manejar la convergencia, priorización y resiliencia de manera eficiente. Por ejemplo, la implementación de redes de comunicación robustas y seguras, como 5G o redes privadas de área amplia (LPWAN), permite una transmisión de datos confiable y en tiempo real. Esto facilita la toma de decisiones basada en información actualizada y reduce los tiempos de respuesta ante eventos o situaciones inesperadas.
Sensorización de calidad y resiliente: El aumento de sensores conectados a la red ofrece la ventaja de obtener información en diferentes formatos, periodicidad y servicios. Sin embargo, surge el desafío de asegurar que las mediciones sean de calidad, precisión y resilientes al entorno industrial. Por ejemplo, en ambientes mineros con condiciones extremas, como polvo, corrosión o alturas elevadas, es necesario garantizar que los dispositivos sean capaces de resistir y proporcionar mediciones precisas. Esto implica la selección adecuada de sensores y la implementación de protocolos de calibración y mantenimiento.
Infraestructura Tecnológica para procesar la información: Toda la información generada debe ser procesada y contar con buena accesibilidad, entregando confiabilidad y siendo oportuna. Contar con una infraestructura de calidad y resistente a las condiciones industriales es un desafío que requiere monitoreo constante. Por ejemplo, la virtualización de la infraestructura permite aumentar la flexibilidad y la capacidad de procesamiento de datos. Sin embargo, también implica la necesidad de mantener la infraestructura actualizada y protegida contra posibles ataques cibernéticos.
Si bien la industria minera es consciente de estos desafíos y oportunidades, es necesario abordarlos como parte del núcleo operacional, involucrando equipos especializados que trabajen en coordinación con los equipos operacionales. El modelo operacional tecnológico juega un papel clave en la gestión de estos desafíos.
- ¿Cuán preparada y proactiva ves a la minería y su ecosistema en Chile para hacer frente a todo este escenario?
En general se han invertido bastantes recursos en tecnología y la industria cuenta con una base de información importante, pero con diferentes niveles de confiabilidad y precisión. Es necesario incorporar un cambio de mentalidad en la gestión operacional, donde la tecnología no sólo sea vista como proveedora de infraestructura, redes y datos, sino como un elemento estratégico, de gestión y operación de los negocios
Dicho de otra forma, el negocio del futuro es un negocio digital, donde la digitalización debe transformarse en un elemento core (este punto, lo abordamos con más detalles en la parte 2).
Por ejemplo, se observa un aumento en la contratación de perfiles de analistas de información con conocimientos tecnológicos en las áreas operacionales. También se está viendo una mayor especialización en procesos mineros por parte de los profesionales tecnológicos.
Además, en las estrategias de grandes inversiones, el factor tecnológico está adquiriendo cada vez más relevancia, especialmente en términos de integración, soporte y actualización.
El desafío principal radica en la convergencia de la tecnología y la operación para abordar los paradigmas operacionales de un mundo físico y digitalmente conectado.
- Respecto del desafío que esto implica en materia de ciberseguridad ¿Qué consejos darías?
En cuanto al escenario de ciberseguridad, es un tema clave en las operaciones mineras. Actualmente se habla de ciberseguridad de la información (IT) y ciberseguridad operacional (OT), debido a los diferentes tipos de ataques que se han observado en los procesos operativos. Los riesgos digitales tienen un impacto real en los procesos y, en última instancia, afectan a las personas. Por lo tanto, el siguiente paso es la convergencia de la seguridad física y digital, alineada con la convergencia que se está produciendo a nivel operacional.
Por ejemplo, se deben implementar medidas de seguridad robustas en los sistemas de control y monitoreo de las operaciones mineras para protegerlos de posibles ataques cibernéticos. Esto conlleva la implementación de firewalls, sistemas de detección de intrusiones y políticas de acceso seguro a los sistemas.
Además, es importante concientizar y capacitar al personal sobre las buenas prácticas de ciberseguridad, como el uso de contraseñas seguras, la detección de correos electrónicos de phishing y la actualización regular de los sistemas y software.
La industria minera debe estar preparada y proactiva en materia de ciberseguridad, implementando medidas de protección tanto en el ámbito de la información (IT) como en el operacional (OT), y promoviendo una cultura de seguridad digital en todos los niveles de la organización.
Recomendaciones.
Comenta que “es necesario incorporar un cambio de mentalidad en la gestión operacional, donde la tecnología no sólo sea vista como proveedora de infraestructura, redes y datos, sino como un elemento estratégico, de gestión y operación de los negocios. Dicho de otra forma, el negocio del futuro es un negocio digital, donde la digitalización debe transformarse en un elemento core”
- ¿Qué falta? ¿Por qué consideras que todavía se está al debe en eso?
Transformar la minería en una operación digital requiere un enfoque holístico que abarque desde la cultura organizacional y la adopción de tecnologías avanzadas, hasta la infraestructura tecnológica, gestión de datos, ciberseguridad, colaboración y regulación. La integración de estos elementos permitirá a las empresas mineras no solo mejorar la eficiencia y reducir costos, sino también abordar los desafíos operacionales y medioambientales de manera más efectiva.
De esta forma, cada operación minera debe hacer su autodiagnóstico para identificar las brechas y prioridades, estructurando un plan hacia la minería digital, abordando al menos los siguientes siete ámbitos:
1. Fomento de una Cultura Digital: Es crucial que todos los niveles de la organización, desde la alta dirección hasta los operarios, comprendan y adopten la importancia de la digitalización. Esto incluye la capacitación continua en habilidades digitales y la promoción de una mentalidad abierta al cambio y la innovación.
Por ejemplo: Programas de formación y talleres sobre tecnologías emergentes y su impacto en la minería.
2. Integración de Tecnologías Avanzadas: Adopción de Inteligencia Artificial y Machine Learning. Estas tecnologías pueden analizar grandes volúmenes de datos para optimizar procesos, predecir fallos y mejorar la toma de decisiones.
Por ejemplo: Uso de algoritmos de machine learning para predecir el desgaste de maquinaria y programar mantenimientos preventivos.
3. Infraestructura Tecnológica Robusta: Redes de Comunicación Avanzadas, computación en la nube y Edge computing. La computación en la nube permite el almacenamiento y procesamiento de grandes volúmenes de datos, mientras que el edge computing puede procesar datos localmente para reducir la latencia.
Por ejemplo: Uso de edge computing para procesar datos de sensores en tiempo real y tomar decisiones operacionales en tiempo real.
4. Gestión de Datos y Analítica Avanzada: Integración y Gestión de Datos, Analítica Predictiva y Prescriptiva. Es fundamental tener un sistema integrado que recoja, almacene y gestione datos de todas las operaciones de la cadena de valor minera. Sobre esta base, la analítica puede utilizarse para predecir eventos futuros y recomendar acciones específicas para optimizar las operaciones.
Por ejemplo: Analítica predictiva que anticipa problemas en la cadena de suministro y sugiere ajustes en la planificación en tiempo cercano a real y sobre la base de un contexto operacional.
5. Ciberseguridad Integral IT/OT: La convergencia de tecnologías de la información (IT) y tecnologías operacionales (OT) requiere una estrategia de ciberseguridad integral que proteja todos los sistemas. Esto obliga a que todo el personal esté capacitado en buenas prácticas de ciberseguridad.
Por ejemplo: Programas de concientización sobre el uso de contraseñas seguras y la detección de correos electrónicos de phishing.
6. Colaboración y Ecosistema de Innovación: La colaboración con startups tecnológicas y universidades puede acelerar la innovación y la adopción de nuevas tecnologías. Fomentar un ecosistema de innovación que incluya a proveedores, clientes y otros actores clave del sector.
Por ejemplo: Creación de Hubs de innovación donde diferentes actores del sector minero puedan colaborar y compartir conocimientos.
7. Regulación y Normativas: Las regulaciones y normativas deben adaptarse para facilitar la adopción de tecnologías digitales en la minería. De igual forma, el compliance y estándares buscan asegurar que todas las tecnologías y prácticas digitales cumplan con los estándares de seguridad y medioambientales.
Un ejemplo son las certificaciones y auditorías regulares para garantizar el cumplimiento de normativas.